viernes, 14 de diciembre de 2007

¿CUANDO Y PORQUE DESAPARECE EL MONASTERIO DE MONSALUD EN CORCOLES?

Situémonos en el siglo XVI con Carlos V, pero especialmente con Felipe II. Existieron varias desamortizaciones de bienes eclesiásticos, tanto de Órdenes religiosas como de Monasterios y de Catedrales. Lo curioso estriba en que estas desamortizaciones no siguieron ningún proceso legal específico; las decretaba simplemente el Rey, una vez obtenida la autorización genérica del Papa. Así, se desamortizaron, sobre todo, bienes en régimen de señorio eclesiástico que pasaron primero a la Corona y luego a particulares, constituyendo nuevos señorios laicos.


Las desamortizaciones del siglo XVIII, aunque en mayor medida las del siglo XIX, estuvieron regidas por leyes especiales. La "incorporación" de los bienes (expropiación y nueva adjudicación) se podía llevar a cabo de dos modos distintos:
  • Por la acción directa del Fiscal del Consejo de Castilla, sobre todo en aquellos casos en que los bienes debían revertir en la Corona.
  • Por la acción de los propios pueblos del Señorio Eclesiástico desamortizado, en un "pleito o juicio de tanteo" para fijar precio y derechos.

En ambos casos se hablaba de "Pleitos de Reversión", cuyo objeto era que los bienes eclesiásticos desamortizados revirtieran a la Corona o, en su caso, a los pueblos afectados.

Al segundo tipo de procedimiento responde el "Pleito de Reversión" del pueblo de Córcoles contra el monasterio de Monsalud, al que pertenecía desde la Edad Media y con el que mantenía relaciones conflictivas. Se inició en 1752 y se alargó varios años llegando a la solución final de una reversión parcial. Privaba al monasterio de toda jurisdicción sobre el pueblo de Córcoles (dar leyes y aplicarlas, nombrar cargos públicos, tener carcel, etc.), pero se mantenía el señorio territorial o solariego, es decir, la propiedad de la tierra, la percepción de tributos, rentas en metálico o en especie, etc.

Es en esta situación en la que permanecieron Córcoles y Monsalud hasta bien entrado el año de 1835, año en que se suprimieron definitivamente los señorios, tanto jurisdiccionales como territoriales o solariegos, quedando sólo algunos mínimos restos de aquella institución feudal.

lunes, 3 de diciembre de 2007

HASTA PRONTO DON CRESCENCIO


Han pasado más de treinta años desde que un joven alto y espigado, con la maleta llena de ilusiones y proyectos, arribara a nuestro pueblo. Su nombre Crescencio o más bien "Chencho" que es como le conocemos todos desde entonces. Los inicios no fueron fáciles, nada más llegar comenzó lo que sería el gran proyecto de su vida, la reconstrucción de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, hoy acertadamente conocida como "La Catedral de la Alcarria". La cubierta se venía abajo sin remedio ya que sus bóvedas estaban cubiertas de escombro, el agua caía cual cascada por sus columnas y capiteles. Es entonces cuando Chencho inicia su devenir como párroco, albañil, cantero, herrero, etc. Y otros muchos oficios que ha ido aprendiendo con el esfuerzo de los años.


Han sido muchos los años de esfuerzo y trabajo que en muchas ocasiones no se han visto recompensados. Años de dedicación a nuestro pueblo que todos juntos debemos reconocer y recompensar en la figura de Chencho. Desde este rincón de Internet quiero darle las gracias a un gran amigo, un gran hombre que espero se deje caer a menudo por nuestro pueblo. Seguramente que no nos siga honrrando con su incansable trabajo en la restauración de la Iglesia, los años no perdonan y cada día pesan más. No obstante sus sabios consejos ayudarán a aquel o aquellos que quieran continuar con su gran obra.


Todavía recuerdo aquel mes de agosto en el que junto con unos amigos quisimos echarte una mano. Fueron unos días inolvidables que sin duda nos sirvieron a todos para poder entender mejor tu trabajo. Conocer de cerca el esfuerzo y el cariño que demostrabas día tras día hacia nuestro pueblo, conocerte mejor como persona y lo más importante de todo, saber que siempre estarías ahí cuando te necesitáramos.


Muchísimas gracias Chencho, hasta pronto.